Pequeña novela, para un pequeño blog...

Bueno, me decidí y comenzaré a publicar aquí una mini-novela. Tendrá un par de capítulos, no muchos. Será llamada "Solo somos fantasmas" y bueno, las grandes protagonistas son Lilian, Paula y Jessica. 
  
Solo somos fantasmas…
Prefacio:

Y hasta el lugar más seguro puede resultarnos un tremendo misterio, hasta ese lugar puede ser tenebroso. Confiamos en lo que no sabemos, confiamos en lo que no vemos, confiamos y solo confiamos, por una vez podríamos ver nuestro destino, pero no, no lo tenemos permitido. Solo somos espíritus, vagando por la tierra, hasta que nos toque volver.

Primer Capitulo:

Te veo, aún.

Como si fuera cualquier otro día, se levantó, se vistió con el uniforme gris y aburrido, y bajo las escaleras de a saltos. El teléfono chilló y no era para una muy agradable noticia.

-Hola, hola, ¿Paula?

Se sorprendió con la voz de su amiga, que era de suponer que estaría dormida. Su voz no era de alegría, ni de cansancio, una nota de tristeza se notaba…

-¿Si?

- Hmm… – titubeó -  hoy no hay clases…-las palabras quedaron flotando.

-¿Qué? ¿Cómo? ¡¿Y por qué?!- gritó despertando a su pequeña hermana.

- Ha muerto alguien, otra vez.

Sorprendentes muertes cancelaban días de clases, profesores y alumnos morían año a año, sin descanso alguno. El destino suyo iba terminando continuamente, pero siempre en esa escuela, algo sucedía. Los baños eran oscuros, y un poco tenebrosos, llantos desconsolados de niñas se escuchaban cada mañana. Gritos aterradores se escuchaban cada tarde, y no era broma de los de sexto. Cada año algo sucedía. Las oraciones iban agregando familias, los pedidos de alegría para las familias cada vez eran más largos, y lo peor, cada día era un mar de lágrimas.

-¿Quién? - Paula retomo la conversación.

Escucho a su amiga lamentarse desde el otro lado de la línea. Lo sabia, alguien de su clase.

-¿Quién? – repitió.

- Lilian…

Sus parpados se cerraron, un peso enorme cayó sobre ella y la luz se fue. Fue como si le explotara una bomba dentro de ella. Se sintió vacía, como si su alma se hubiera ido y lo único que quedara fuera su figura inmóvil. Quiso decir algo, por lo menos un “adiós” para despedirse de su amiga, pero nada, nada salía de sus labios. Con una energía repentina, corrió a su habitación. Tomo su amada cajita rosa y apretó contra su pecho un colgante con un medio corazón que se podía distinguir “Mejores”.

*  *  *

Un manto de oscuridad cubría la escuela secundaria, los alumnos de noveno no habían olvidado a la energética Lilian, sus bromas, carcajadas y locuras adolecentes. No habían olvidado el momento vivido hace tres meses, no habían olvidado nada. Era imposible olvidar luego de lo que había pasado, más gritos y más llantos.  Cada mañana Paula y su amiga, la única que le quedaba, Jessica visitaban el patio “mágico”. Era el lugar favorito de Lilian, era prohibido, ese lugar era especial, en varios sentidos. Aquí sucedieron cosas que ni ellas explicarían bien. Pero lo más especial, era que ella estaba ahí, sí, Lilian.